Lo que un paseo con mi perro me enseñó sobre ciberseguridad

Te voy a contar algo que me ha pasado esta misma mañana.

Una historia recién salida del horno.

Iba yo paseando con el guapo de mi perro.

Porque es guapo el jodido.

Y, de repente, me doy cuenta de que no he hecho el chequeo pre-paseo.

Sí, tengo un protocolo.

Y hoy se me pasó lo más importante: comprobar que llevaba bolsas para recoger sus necesidades.

Siempre lo hago. Pero ya ves, el empanamiento mañanero es traicionero.

Así que, como buen ciudadano, me puse a buscar bolsas en las papeleras.

No en plan lunático, pero sí con cierta desesperación.

En Madrid, algunas papeleras tienen bolsas para los despistados como yo.

Solo que hoy… no había ni una.

Ni en la primera.

Ni en la segunda.

Ni en la tercera.

Y si alguna vez te has fijado en el comportamiento humano, ya sabrás por qué.

Existen los acaparadores.

Esa gente que se lleva todas las bolsas a lo largo de la semana para que, cuando los despistados domingueros necesitamos una… nos acordemos de toda su familia.

Ahora pensarás:

“Vale, pero ¿qué tiene que ver esto con la ciberseguridad?”

Pues todo.

Porque lo que me ha pasado esta mañana es exactamente lo mismo que un ataque de Denegación de Servicio (DoS).

Piénsalo.

Alguien decide acaparar todos los recursos para que otros no puedan acceder a ellos.

Da igual que sea un servicio de internet, una oferta que llevas meses esperando… o bolsas para las necesidades de tu perro.

Estos ataques los hacen críos demasiado espabilados, gente demasiado aburrida o personas con malas intenciones(como los acaparadores de bolsas, pero en versión hacker).

Y aunque parezca algo menor, puede arruinar negocios enteros.

Pequeñas empresas, emprendedores e incluso usuarios comunes se ven afectados por este tipo de ataques todos los días.

La buena noticia es que hay formas de protegerse.

Si quieres saber cómo blindarte contra un ataque DoS y evitar que te pillen desprevenido, dime por aquí:

P.d: al final, encontré una papelera con bolsas.